Bertrand Russell decía que «Una generación que no soporta el aburrimiento es una generación de escaso valor». Y en esas estamos. El aburrimiento se ha convertido hoy en día en el enemigo principal del ser humano. El ser humano de la modernidad tiene que hacer cosas todo el tiempo. Nada más llegar a una consulta o a una parada de metro, sacamos el móvil para navegar por Internet o para conectarnos a WhatsApp porque no podemos estar sentados sin hacer nada. Sin embargo, el aburrimiento es una actividad que nos ofrece enormes beneficios y enormes aprendizajes. Entre ellos, podemos destacar los siguientes:
- Desarrolla la imaginación y la creatividad: la falta de actividad provoca que nuestra mente imagine, cree y divague.
- Fomenta la meditación: no hacer nada nos permite meditar, ya sea sobre nosotros mismos o sobre distintos aspectos de la vida, algo que el ruido del mundo exterior y la actividad constante no nos permite hacer de manera frecuente pero que, sin embargo, es muy beneficioso.
- Fomenta la reflexión: al igual que la meditación, el aburrimiento nos permite reflexionar.
- Nos ayuda a ser altruistas: aunque parezca extraño, el aburrimiento hace que nos descentremos de nosotros mismos y pongamos la atención en los demás.
- Nos enseña a esperar: el aburrimiento nos enseña a esperar el momento, algo que es fundamental en el ser humano. No conseguir nuestros objetivos de manera inmediata nos ayuda a mejorar nuestra resistencia a la impaciencia y a la frustración.
- Baja los niveles de estrés: una actividad constante sin descanso provoca altos niveles de estrés y fatiga. El aburrimiento baja de los niveles de cortisol, que es la sustancia causante del estrés.
- Oxigena nuestro cerebro; el aburrimiento provoca el bostezo, y el bostezo oxigena el cerebro. Como cualquier máquina, el cerebro se sobrecalienta por el exceso de actividad, y el bostezo es nuestro particular ventilador.
Al contrario de lo que opinan algunos, el aburrimiento no es algo negativo; lo negativo puede ser tener una mala experiencia del aburrimiento. Por eso, lo mejor es fomentarlo de manera moderada. Tenemos que aprender a disfrutar de esos momentos en los que no hacemos nada, especialmente en la infancia, donde existe en la actualidad una sobre estimulación que a veces resulta muy preocupante. Nuestros menores están sobre estimulados, están activados en exceso, por eso debemos procurar minimizar ese impacto en su desarrollo. Y es que a veces no nos damos cuenta de que, como se ve en el anuncio de la televisión, lo que más felicidad puede aportarnos es precisamente un momento de aburrimiento y un palo.
Muchas gracias, Dasvel, por tu comentario. Efectivamente, falta más contacto con nosotros mismos y con la naturaleza. Ahí está el verdadero desarrollo y la verdadera belleza.
Para mi el mayor desastre de los últimos tiempos es … LA GLOBALIZACIÓN. Eso nos ha convertido a todas las personas en una MASA DIRIGIBLE. Nos llevan por donde quieren , hay que estar continuamente conectado : el móvil de última generación, la tablet , la televisión con su deplorable programación, etc. Todo eso no nos permite llegar a darnos cuenta que el ordenador mejor que tenemos es nuestro cerebro , que como bien dice Toni es quien nos permite hacer volar nuestra imaginación … Y ser capaz de aburrirnos estando sentados en una campa junto al mar viendo pasar las nubes y con un palo en la mano.
Hola mi hijo de 11 años se aburre en clase. Ha cambiado de cole de uno público a uno concertado en Madrid ha resultado para el soporífero por lo aburrido y poco dinámico. Tiene muy desarrollada la inteligencia creativa y viaja con frecuencia a su mundo de creatividad que es fascinante pero muy recurrente últimamente. Sigue jugando simbólicamente y bueno imaginación a tope pero solo en su mente. En este cole lo entienden como que no atiende en clase y siento que últimamente tira mucho de evadirse mentalmente y no intentar ver las clases con algún toque de agradabilidad. Me planteo volver a cambiarle… Que te inspira este caso?, lo primero que se te viene a la cabeza?
Hola, María. Obviamente, me faltan datos, y este es solo un análisis muy general. Por lo general, los alumnos más creativo son los que más se evaden en clase. Si su mundo interior está tan lleno, no necesita del mundo exterior. Por lo general, también tienen una madurez más tardía, lo cual no es negativo, pero a veces no atienden en clase porque o bien lo que están viendo supera su nivel de madurez o bien porque no es significativo para ellos. Normalmente esto lleva a un cierto fracaso escolar, que muchas veces es un fracaso del sistema, pero si fomentas su confianza y su seguridad, cuando "regrese" al mundo real será capaz de sobreponerse y aprobar. Esta parte es muy importante para que no se sienta inferior ni fracasado. Para este tipo de alumnos, lo mejor son centros educativos con metodologías más activas. A veces el nivel de este tipo de metodologías es un poco más bajo, pero se compensa con mucha participación por parte del alumnado, que creo que es lo que le falta a tu hijo, por lo que me comentas. Ya te digo que me faltan datos.